Y no es que no exista como tal, sino que la felicidad, tal y como se nos vende, se nos promete, no existe. Esa felicidad sólo es ilusoria. Si me preguntan qué es la felicidad responderé casi como San Agustín acerca del tiempo, si me preguntan no lo sé, si no me lo preguntan lo sé. Tal vez sólo existan instantes felices pero si nos ponemos a pensar en ello desaparecen. Vivimos insertados en un mundo donde la felicidad es lo único que se busca, lamentablemente. Y por esta razón hay lo que hay, es decir nada, es decir sólo falsas esperanzas.
Sea lo que sea la felicidad llegará por el azar y no como un destino que se deba alcanzar.
Sea lo que sea la felicidad llegará por el azar y no como un destino que se deba alcanzar.
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