No te conozco viento
y aún así te dilatas sobre mis rodillas
rodillas moribundas a la espera
del sonido del río
de la piedra anclada en mis pupilas
No te conozco viento
y tú me conoces en la alborada
y en cada secreto que te ofrezco
Blog de poesía, literatura, cine, arte, reflexión y otros remedios. Sandra de Santiago Félix
No hay comentarios.:
Publicar un comentario