viernes, mayo 26, 2006

# ensayo # infancia poesía

La infancia como analogía del quehacer poético. Infancia en la poesía

Según explica La estilística de José María Paz Gago, el texto poético para cumplir la función de comunicar, se sirve de una hipercodificación, esto es, diferentes tipos de códigos que están insertados en un código más general, el lingüístico. Esto para explicar mejor todos lo elementos que intervienen en el texto, tales como fenómenos semánticos, sintácticos, significación, métrica e intertextualidad. Así, de este modo, tener una recepción amplia de la lectura del texto.

El análisis que proponemos al poema El presentimiento, es el semioestilístico, que después de haber pasado por muchas concepciones y propuestas, como las de Ducrot, Eco o Reis, que referían códigos separados, llega a ser un análisis que tratará de explicar los efectos del poema a través de la hipercodificación. Los cuatro hipercódigos que se distinguen son el lingüístico, rítmico-métrico, retórico e intertextual.

En El presentimiento cada una de las imágenes va imponiendo sus propias reglas, al momento de leerlo, el lector acepta ese modo de acceder a él. Es interesante analizar este poema mediante el método semioestilístico ya que se engloban de una manera general todos los aspectos del texto y los reúne en su propio código, es por ello que se decidió analizar ducho poema:

El presentimiento
Agosto de 1920
VEGA DE ZUJAIRA

El presentimiento
es la sonda del alma
En el misterio.
Nariz del corazón, palo de ciego
que explora en la tiniebla del tiempo.

Ayer es lo marchito
es lo muerto
Madriguera de ideas moribundas,
De pegasos sin freno
Malezas de memoria,
y desierto
perdidos en la tiniebla
de los sueños.

Nada turba los siglos
pasados.
No podemos
arrancar un suspiro
de lo viejo.
El pasado se pone
su coraza de hierro,
y tapa sus oídos
con algodón del viento.
Nunca podrá arrancársele
un secreto.

Sus músculos de siglos
y su cerebro
de marchitas ideas
en feto
no darán el licor que necesita
el corazón sediento.

Pero el niño futuro
nos dirá algún secreto cuando juegue en su cama
de luceros.

Y es fácil engañarle;
por eso,
démosle con dulzura
nuestro seno
que el topo silencioso
del presentimiento
nos traerá sus sonajas
cuando se esté durmiendo.


En la primera estrofa, el verso /nariz del corazón/ está cumpliendo gramaticalmente su función, ya que está compuesto por la palabra nariz y conectado mediante la preposición a corazón, dicha conexión sugiere una relación de pertenencia. Aunque esto no es lógico, pues nariz sólo puede pertenecer semánticamente a un animal o un hombre. Es una analogía que se ve como reflejo de incapacidad (es el mejor artificio) por explicar de otro modo su definición de presentimiento. Por otro lado esta nariz /explora en la tiniebla del tiempo/, reitera la idea de nariz como un sentido importante que ayudará a encontrar donde más se necesite. Lo mismo ocurre en /tiniebla del tiempo/,al tiempo no se le puede conceder una característica como a tiniebla ya que es un concepto abstracto. Esta primera estrofa muestra la dificultad de definir el presentimiento, y con esas dos imágenes, el lector puede recibir mejor el efecto que el poeta quiere dar. En general, todo el poema está constituido de oraciones sin mucha complejidad que ayudan a que el la lectura sea más fácil de recibir.

El poema no está sujeto a reglas métricas, es decir, es de verso libre. Son versos por lo general cortos, incluso de una palabra, que le dan un ritmo pausado que pone énfasis en el tema que trata, más que un presentimiento es el tiempo que juega con lo inexplicable. Por eso el ritmo, con el acomodo justo de los versos, la sensación del presentimiento que llega, desaparece y se reanuda. A pesar de no exigir una métrica exacta, sus versos hacen uso de rimas asonantes que ayudan a la cadencia del poema. También existen rimas asonantes que ayudan a la cadencia del poema y rimas consonantes que sirven de reposición, como el comienzo de las segunda y tercera estrofas: /Ayer es lo marchito/ /es lo muerto/ y /nada turba los siglos/ /pasados/.

El código retórico cumple en este , y en todos los poemas una función esencial que por medio de las figuras se cumple o no la intención del autor. En cuanto a lo fónico la aliteración de la /s/ es muy marcada en todo el poema, y la sensación que propone es de silencio, algo muy suave, aunque en el fondo tenga un tema fuerte, el tiempo y su relación con la infancia. Las palabras /siglos, pasados, suspiro, secreto/ dan fuerza a este aspecto porque parece que se oculta algo en el pasado, en los siglos y hace que el lector despierte la curiosidad de descifrar el secreto, lo oculto.

Además de los elementos fónicos, hace uso de las figuras semánticas, tales como metáforas y metonimias. En el verso /el presentimiento es la sonda del alma/ la analogía nos muestra nuevamente la imposibilidad de explicar ese concepto tan relativo y a su vez tan evidente, el presentimiento mira en el fondo del alma. Cada frase que se va enlazando otorga un sentimiento manejable como /algodón del viento/; primero es el tiempo como un ente que realiza acciones (algo fuerte), se pone una coraza de hierro y luego tapa sus oídos con ese algodón, elemento suave. Del viento habla como algo pasajero. El pasado, que fue presente, se lo lleva el viento y no deja penetrar en él, por eso la tersura contrapuesta con la rapidez. Seguida de otra metáfora muy parecida en cuanto al significado es el verso /sus músculos de siglos/: un músculo representa fortaleza y aunado a los siglos lo hace todavía más fuerte e infranqueable. En la última estrofa habla del futuro y con la metáfora /el topo silencioso/ lo compara con un niño fácil de engañar y así poder penetrar en el tiempo de un modo más sencillo, pues el futuro, según él se puede moldear.

Hace uso también de la prosopopeya, al darle cualidades al tiempo, exclusivas de un ser vivo como también ocurre en /nariz del corazón/ /arrancar un suspiro de lo viejo/ /sus músculos de siglos/ /su cerebro de marchitas ideas/ y /cuando se esté durmiendo/. Imágenes sencillas que tratan de explicar el tiempo no de forma abstracta. En este caso, el tiempo nos parece algo nuestro y no tan lejano, que de lo contrario nos parecería un poema cerrado y difícil de comprender si no utilizara estas imágenes.

Epítetos como /marchitas ideas/ y /topo silencioso/ enfatizan la cualidad que pretende dar a dos tiempos diferentes, lo pasado, es decir, lo que ya murió y no tendrá ya más valor, y lo futuro, con silencioso, algo que se disimula y que está a la espera de ser descubierto. El poema en general utiliza encabalgamientos que reiteran lo pausado del efecto, la expectativa.

El presentimiento abarca una isotopía general: el tiempo. Al tratar de explicar el presentimiento, lo compara con un “presente”, primera isotopía dentro de la primera estrofa. Es algo que sirve como orientador en lo inexplicable del presente y posteriormente el conflicto con el pasado. En el presente está el presentimiento, el misterio, la tiniebla del tiempo, la incertidumbre. Nos remite a poemas que hablan sobre el tiempo como algo pasajero, y el espacio es lo que queda y lo que lo ocupa. En el poema No preguntes como pasa el tiempo de José Emilio Pacheco, a su presente llegan y se van los objetos. Es muy parecida y recurrente la imagen, ya que todo ocurre en un tiempo determinado, cambia la naturaleza, pero ahí sigue, y al final ellos no regresarán. En El Presentimiento no es la naturaleza, sino el mismo tiempo quien muere, pero no vuelve a renacer y queda la esperanza de un futuro que se pueda moldear.

En la segunda estrofa de El Presentimiento, la isotopía central es el /pasado/ pero le da características inamovibles, es un pasado muerto. Palabras como marchito, muerto, moribundas, memoria, sueños, hacen constar que ya no volverá lo que pasó, ni en la memoria se guarda, lo muerto es lo que no regresará ni en el recuerdo. Aquí primero da las características de ese pasado, un ser inanimado que no tiene vuelta. Y continúa en la siguiente estrofa con ese pasado, pero le otorga la característica de intransitable, dice, /no podemos arrancar un suspiro de los viejo/ /nunca podrá arrancársele un secreto/. Al ponerle su coraza de hierro lo hace impenetrable, el pasado ha quedado en un lugar desconocido al que no se le podrá sacar nada porque es testarudo, tapa su oídos, pone una barrera entre el presente y el pasado.

En el poema Sobre el poder del tiempo de José Cadalso, también se habla sobre pasado, coinciden en que el tiempo cambia el rumbo dela vida, dice, todo lo muda el tiempo. En este texto hay una resignación hacia el cambio que da el tiempo, pero en la última estrofa: /sola una cosa al tiempo denodado ni cederá, cede, ni ha cedido, y es el constante amor con que te adoro,/ el tiempo no podrá cambiar el amor. En García Lorca encontramos que sí hay algo que rompe con el tiempo, el poder de cambiar el futuro, porque es como un niño que se puede engañar fácilmente. Las ideas en las que coinciden son que tiene la visión del tiempo como algo poderoso, pero siempre hay alguna excepción que rompe las reglas, en el primer caso es el amor y en el segundo la expectativa.

La siguiente estrofa tiene también como isotopía principal el pasado, pero diferente a las anteriores (muerto, infranqueable), éste es un pasado inútil, de marchitas ideas y con esta imagen le quita un poco de poder y lo hace frágil, para luego rematar con su fuerza en la última estrofa. Después de haber caracterizado al tiempo como algo grande, ya que no se podía penetrar en él, da pie con esta estrofa y le da un nivel menor a los anteriores /su cerebro de marchitas ideas/ / no darán el licor que necesita/.

Para no caer en las garras del tiempo y sus acciones que devienen al pasar, en la última parte del poema, vuelve a retomar la idea del presentimiento como lo único que podrá determinar el paso del tiempo, el único que nos dirá los secretos que guarda el pasado, presente y futuro. Lo que hace García Lorca es tratar en todo su poema una imposibilidad de adentrarse en los misterios que encierra el tiempo. Lo describe como algo inmenso y conforme va terminando el poema lo compara con la inocencia de un niño, para terminar con una facilidad. Dice, démosle con dulzura nuestro seno, esto quiere decir que aunque ya se haya encontrado la forma de traspasar al tiempo, se debe ser sutil en la forma cómo se trata, luego todo se hará cuando el tiempo se descuide, cuando se esté durmiendo.

La obra poética de Federico García Lorca, desde sus inicios hasta el día de su muerte tiene distintas variaciones, estilos e influencias. su primer trabajo lírico fue Libro de Poemas en el que encontramos El Presentimiento, una búsqueda de estilo y formas y una marcada influencia de lírica popular y tradicional, además que está impregnado de elementos que remiten a la infancia y al pasado, en un contexto interno con reminiscencias del tiempo. La poética de Federica García Lorca en este libro se muestra con la analogía de la infancia en el quehacer creativo. El niño futuro es el poeta que siempre está en la búsqueda de la originalidad siempre retornando a su infancia para completar su quehacer poético, aunque el pasado se lo impida constantemente.




BIBLIOGRAFÍA:

PAZ Gago, José María. La estilística. Síntesis. Madrid. 1993.

GARCÍA Lorca, Federico. Libro de poemas. Porrúa. México. 1999.

PACHECO, José Emilio. No me preguntes cómo pasa el tiempo. Era. México. 1989.





Sandra de Santiago Félix
25 de Mayo de 2006.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo mejor que he leido... me sirvio mucho para hacer un trabajo

Anónimo dijo...

Me gusta lo que publicaste ,a mi me gusta hacer powerpoint de poemas ,si te interesa ver alguno escribeme ,davihgomez72@hotmail.com

chao,David.-

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