Hablo con mi lengua lánguida porque ya harta de mi torpe andar no encuentra sostén. Sólo delirio. Muero. Porque mi voz ya duele en la invocación de la crisálida Morí. Porque el viento golpeó mi sombra y hoy no tuve dónde guarecerme. Moriré. Flotando entre el techo y mi cama.…