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Languidez

Hablo con mi lengua lánguida
porque ya harta de mi torpe andar
no encuentra sostén. Sólo delirio.

Muero. Porque mi voz ya duele
en la invocación de la crisálida
Morí. Porque el viento golpeó mi sombra y hoy no tuve dónde guarecerme.
Moriré. Flotando entre el techo y mi cama. Porque siempre lo soñé así.

Escribo para no olvidar. Aquí guardo poemas, ensayos y fotografías como quien lleva un diario abierto al viento

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